El exclusivo robot Janken fue creado por científicos japoneses en el laboratorio Ishigawa Oku de la Universidad de Tokio. Este mecanismo altamente especializado no solo es capaz de jugar el juego "piedra-papel-tijera" con una persona, sino también de ganar. Y siempre gana, el 100% del tiempo. Se excluye la probabilidad de que el robot pierda.
El secreto de este éxito radica en un sistema especializado de seguimiento de manos humanas, que consiste en una cámara de video de alta velocidad y un manipulador que actúa como un brazo robótico. Una cámara digital toma fotografías de una mano humana cada milésima de segundo y analiza rápidamente sus movimientos más pequeños. Basado en el análisis, el procesador es capaz de predecir de antemano qué gesto mostrará una persona y superarlo, dando la orden al manipulador para mostrar la "figura" deseada. Todo el proceso, desde analizar una imagen hasta darle a la mano del robot el gesto correcto, no toma más de 1 milisegundo.
Por supuesto, desde un punto de vista matemático, la probabilidad de que un humano y un robot ganen es de 1: 3, pero en realidad el robot está significativamente por delante de un humano y siempre gana, ajustando su respuesta al gesto de una mano humana. Como resultado, la persona ni siquiera nota la captura. El robot actúa tan rápido que crea la ilusión de una acción sincronizada, que el robot está jugando según las reglas y que tiene suerte constantemente. Los intentos de engañar al mecanismo, cambiando un personaje por otro a la mitad, no conducen a nada: Janken calcula oportunamente la astucia de este enemigo y revela su propio carácter.
Los visitantes de la exposición, que vieron el robot por primera vez y se familiarizaron con sus capacidades, a menudo se preguntaban: ¿quién ganará este juego si compiten dos robots? Nadie hubiera ganado realmente. Dado que el movimiento del brazo manipulador comienza solo después de analizar el movimiento del brazo del oponente, ambos robots simplemente se esperarán el uno al otro.
El propósito de este proyecto es una demostración práctica de las posibilidades de las tecnologías innovadoras, incluidas las relacionadas con la cooperación de humanos y máquinas. Los programadores también han demostrado que los mecanismos robóticos modernos son capaces de trabajar en equipo, monitoreando constantemente el trabajo de otras máquinas y personas. Al mismo tiempo, los robots pueden ser completamente autónomos, no tener canales de comunicación entre sí, tener una excelente observación y una reacción rápida.