Durante décadas, la empresa japonesa Sony ha sido uno de los líderes mundiales reconocidos en la producción de productos electrónicos. Pero con el comienzo del nuevo siglo, el negocio de la empresa no fue tan bien, durante los últimos cuatro años ha sufrido grandes pérdidas en absoluto.
Para el primer trimestre de 2012-2013, las pérdidas de Sony aumentaron más de 1,5 veces y ascendieron a 314 millones de dólares. La empresa ha sufrido pérdidas por cuarto año consecutivo. El resultado fue una caída natural en el valor de las acciones, en comparación con 2005, cayó un 60%.
La caída de la capitalización de la compañía en un 60% en siete años es un verdadero desastre, será muy difícil recuperar sus posiciones anteriores en el mercado mundial. La principal razón de las pérdidas de Sony es la competencia más fuerte de los países asiáticos, principalmente Corea del Sur, Taiwán y China. Si Sony todavía puede competir de alguna manera con Corea del Sur debido al hecho de que el costo de la mano de obra en estos países es proporcional, entonces el fabricante japonés no puede competir con Taiwán, y más aún con China. Los recientes desastres naturales en Japón también se han convertido en un problema grave para la empresa, lo que ha provocado grandes pérdidas por el tiempo de inactividad empresarial.
El fortalecimiento del yen también afecta negativamente la competitividad de los productos japoneses en el mercado mundial, la razón es el flujo de capital especulativo desde la atribulada Europa hacia un Japón más tranquilo. El alto tipo de cambio de la moneda nacional aumenta el costo de los bienes producidos en Japón, por lo que les resulta más difícil competir por un comprador. Como resultado, Sony se encuentra en una situación paradójica: los ingresos totales aumentan de un año a otro, pero la empresa sufre pérdidas constantemente.
En un esfuerzo por estabilizar la situación, Sony está vendiendo participaciones sin fines de lucro en empresas conjuntas. También hay una reducción de plantilla, la empresa anunció que para fin de año reducirá en un 6% el número de empleados, que ascenderá a 12 mil personas.
Los resultados negativos de la empresa provocaron un cambio en su liderazgo. El nuevo director ejecutivo, Kazuo Hirai, promete reformar fundamentalmente el sistema de ganancias de la empresa, con la esperanza de que la empresa vuelva a ser rentable.