El futuro ya ha llegado. En febrero de 2015, la empresa de telecomunicaciones japonesa Softbank vendió el primer lote de 300 robots. El robot se vendió a través de sitios de Internet y en tiendas para desarrolladores de software.
El robot humanoide Pepper fue desarrollado por Softbank para comunicarse con los humanos. El humanoide mide 120 centímetros de alto y pesa solo 28 kilogramos. Estas pequeñas dimensiones del robot están asociadas con el miedo psicológico de las personas frente a enormes androides.
La inteligencia del robot se encuentra en un espacio en la nube, con el que está constantemente en contacto a través de Internet. Esto permite que el robot se actualice y mejore constantemente. Android está equipado con cámaras de video, micrófonos y sensores, con la ayuda de los cuales analiza la información recibida de las personas y el medio ambiente.
El robot reconoce la expresión facial de una persona y la entonación con la que esta persona está hablando, y responde adecuadamente a todo lo que sucede. Una persona puede proporcionar información al robot no solo con la ayuda de comandos de voz, sino también con la ayuda de un monitor táctil ubicado en su pecho.
En el futuro, está previsto utilizar el robot para ayudar a las personas que no pueden cuidarse a sí mismas.
También está previsto utilizar el robot con fines de formación. El robot puede enseñar a los niños pequeños de forma lúdica. Y los niños están muy interesados en comunicarse con un maestro tan inusual. Están más dispuestos a ir a clases y son más activos en clase.
Sin embargo, surge inmediatamente la pregunta sobre la gestión de este dispositivo. Si todo el cerebro de un robot está ubicado en un espacio de nube en Internet, entonces también será posible controlarlo desde el exterior. Por tanto, además del asistente necesario, puedes adquirir un espía ideal que te vigilará las 24 horas del día. Es decir, su vida puede estar a merced de las personas que crean software para robots, y todos nuestros temores sobre un levantamiento de máquinas y un motín de robots pueden no ser fantasías tan abstractas.