Los teléfonos móviles se han convertido en un dispositivo indispensable para la mayoría de las personas. Reemplazan no solo un teléfono fijo para nosotros, sino también un reproductor de música, cámara, reloj y despertador. Un teléfono móvil ayuda a estar siempre en contacto, porque está cerca de una persona. Compramos teléfonos para nuestros hijos para que podamos saber en cualquier momento si todo está en orden. ¿Es todo realmente tan color de rosa?
De hecho, un teléfono celular es algo útil e insustituible. Los fabricantes de dispositivos móviles modernos afirman que las unidades no dañan la salud humana, pero los científicos que estudian los efectos de la investigación electromagnética desde un teléfono móvil dicen lo contrario.
Estudios recientes han demostrado que existe radiación electromagnética de los teléfonos celulares y afecta el sistema nervioso humano, el corazón y los órganos reproductivos.
El daño de un teléfono móvil es difícil de expresar en números, porque no hay suficientes datos y el mercado se repone constantemente con nuevos dispositivos móviles.
Existe la suposición de que durante una conversación prolongada en un teléfono celular, el tejido cerebral humano se calienta, se produce una mutación celular y, en casos especialmente graves, puede producirse un tumor cerebral. Pero no hay suficiente evidencia para tal teoría, y las llamadas telefónicas en este caso deben ser largas y continuas durante un largo período de tiempo. Sin embargo, el uso frecuente del teléfono puede provocar dolores de cabeza, mal funcionamiento del sistema inmunológico y una disminución de la resistencia a virus y resfriados.
Según la recomendación de la OMS, un niño debe comprar un teléfono celular antes de que cumpla los 10 años de edad. La radiación electromagnética de un teléfono celular puede afectar negativamente el desarrollo del cerebro y los órganos internos del niño y conducir al desarrollo de autismo, meningitis u oncología. Un teléfono móvil puede afectar negativamente no solo la salud del niño, sino también dañar su desarrollo psicológico y mental, causando sueño inquieto, somnolencia constante y letargo, inmunidad reducida, deterioro de la memoria. Los juegos prolongados o las conversaciones en mensajería instantánea pueden provocar un deterioro de la vista del niño.
A pesar de que continúa la investigación sobre los daños causados por los teléfonos celulares, no hay conclusiones claras de que ciertas enfermedades estén asociadas con el uso de un teléfono celular. Además del teléfono, la radiación electromagnética está presente desde el televisor y la computadora, todos los electrodomésticos, las tasas más altas se encuentran en los hornos microondas. El estado del medio ambiente también deja mucho que desear, especialmente en las ciudades gigantes, por lo que culpar a un teléfono celular por la aparición de una enfermedad en particular es simplemente una estupidez.
Para minimizar los efectos negativos de la radiación electromagnética, se deben observar ciertas condiciones.
Se recomienda a los adultos que usen un auricular durante una conversación, lo que le permite no sostener el teléfono cerca de su cabeza o usar un altavoz.
Muchos expertos que estudian la radiación electromagnética de los teléfonos móviles desaconsejan hablar por teléfono en coches y garajes metálicos, ya que creen que las ondas electromagnéticas se reflejan en la carcasa metálica y aumentan su efecto en el cuerpo humano. Además, una persona que habla por teléfono mientras conduce un automóvil puede provocar un accidente de tráfico.
Es mejor guardar el teléfono mientras duerme, porque su radiación puede afectar negativamente al sistema nervioso y causar alteraciones del sueño.
Los científicos no recomiendan llevar el teléfono cerca del cuerpo, por ejemplo, en el cinturón de un pantalón o en un bolsillo, sino ponerlo en una bolsa para minimizar el daño a los órganos internos.