En diciembre de 2011 apareció en la red información sobre gafas "espía" para los internautas, que permiten "en la vida real" mantenerse en contacto con Internet. Se rumorea que el nuevo dispositivo se llamará Instaglasses, tiene una duración de batería de siete horas y es capaz de conectarse a redes a través de conexiones Wi-Fi y 4G. Estos datos no se corresponden del todo con la realidad, aunque están bien fundamentados.
En el otoño de 2010, apareció en Internet una aplicación gratuita para dispositivos móviles llamada Instagram. Le permite aplicar varios filtros a las imágenes tomadas con el dispositivo y distribuir la imagen resultante en la red a través de su propio servicio de Instagram y servicios web populares. En la primavera de este año, la aplicación fue adquirida por la empresa propietaria del sitio de redes sociales Facebook, y su popularidad aumentó aún más. Ese mismo año, Google anunció su prometedor desarrollo: Project Glass. Se trata de gafas que proyectan una imagen de computadora en la retina del ojo, y esta imagen se forma mediante comandos de voz.
El diseñador con sede en Berlín Markus Gercke ha combinado estos dos componentes en el concepto de gafas, que es un vínculo intermedio entre las tecnologías modernas de Instagram y el recientemente desarrollado Project Glass. Se supone que el concepto, llamado Instaglasses, combina gafas de sol con una cámara digital de 5 megapíxeles, cuya imagen es procesada por un procesador utilizando filtros de Instagram y proyectada en la superficie interior del cristal derecho. El filtro requerido para la imagen se selecciona mediante un interruptor en las patillas de las gafas, en el vidrio izquierdo del cual el usuario ve una imagen no distorsionada y sin procesar. Al presionar un botón colocado justo entre los ojos, la imagen con el filtro aplicado se puede enviar a Internet a través de los servicios de redes sociales disponibles para la aplicación de Instagram.
Las imágenes y descripciones de conceptos ejecutadas profesionalmente han ganado una gran popularidad entre el público en red. Ahora el diseñador alemán tiene que dedicar parte de su tiempo todos los días a explicar que esto no es más que una fantasía, y no hay planes para implementarlo.