Es imposible imaginar la vida de una persona moderna sin televisión. La mayoría de nosotros lo consideramos una de nuestras necesidades diarias. Pero, como muchos fenómenos de la vida social, la televisión es un "arma de doble filo".
¿Realidad virtual o emociones reales?
Entre las ventajas de la televisión, una gran cantidad de oportunidades para recibir una variedad de información sobre el mundo mientras se encuentra en su apartamento. Observe paisajes desconocidos e impresionantes, profundice en la vida cotidiana de los sudafricanos, sueñe con los héroes de un melodrama: la televisión nos permite distraernos del ajetreo y el bullicio cotidiano y hace que la vida cotidiana sea más brillante. Entretiene, alivia la soledad, te hace experimentar emociones, tanto negativas como perturbadoras, así como positivas.
Por un lado, realmente es algo sagrado alegrar la soledad de una persona, pero se desarrolla la adicción y la fobia social. Necesita vivir en el mundo real, las emociones, para almacenar sus propias experiencias. ¿Por qué llorar al escuchar la historia de un participante en cualquier programa de entrevistas, cuando en la gran mayoría de los casos hay una actriz profesional frente al espectador? Uno no puede perder las habilidades de la comunicación real, prefiriendo sentarse frente al televisor y ver sus recorridos virtuales a viajes de visita y viajes reales.
Mira y miente o no mira y corre?
Otra desventaja notable de la televisión es la promoción de la pereza y el sedentarismo. En un mundo lleno de artilugios, cuando no tienes que volver a salir durante mucho tiempo, la gente no solo puede enviar comida y ropa a tu casa, sino también “entregar” el trabajo. Por supuesto, puede cambiar periódicamente a un canal de entrenamiento deportivo e interactuar con los héroes del entrenamiento de transmisión. Pero el mundo real siempre es más interesante que el que se muestra en la televisión. Y el mejor descanso no es sentarse en el sofá frente al televisor, sino caminar o jugar al aire libre con los niños.
Mucha información, no hay tiempo para pensar
La televisión demuestra los logros del progreso: la rápida transmisión de información a grandes masas. Por supuesto, esto tiene sus ventajas: la sociedad vive en la misma onda, está al tanto de los eventos y noticias, está informada de manera oportuna sobre problemas y peligros, tiene una idea de lo que está sucediendo en ciudades y países remotos. Pero también hay un inconveniente: la televisión no proporciona información directamente, sino a través de un intermediario, esas personas, los profesionales que trabajan en la televisión. Al público se le permite saber solo lo que necesita saber desde el punto de vista de los responsables de las empresas de televisión, quienes, a su vez, dependen de las autoridades. Es el poder que determina el grado de libertad del éter. Pero no solo se filtra información para las masas, sino que también se presenta con acentos claros de tal manera que la mayoría absoluta forme el punto de vista necesario para las autoridades. En este sentido, la televisión vuelve estúpida a la gente, contribuyendo a que los "analizadores" naturales se atrofien como innecesarios.
¿Dónde está la verdad?
El inconveniente más peligroso de la televisión es la capacidad de convencer al espectador de la veracidad de los hechos mostrados. Creemos en programas de entrevistas, películas, noticias, a menudo sin poder verificar personalmente la veracidad de la información que escuchamos. El desarrollo de la tecnología permite crear magistralmente las imágenes necesarias para que el espectador experimente las emociones que son necesarias para los titiriteros fuera de la pantalla.
¿Pero tal vez sea la televisión la que lleve a la humanidad a una ventaja innegable, que, fruto de la evolución, aprenderá a determinar intuitivamente el grado de mentira en la información recibida? …